Seguir a Bgovindas108 en Twitter

BINDIS

Muchos hindúes usan una marca en la frente, entre los ojos. Se dice que este punto, conocido con varios nombres tales como Bindiva, Kumkum, Tikki, Ajna Chakra, Ojo Espiritual y Tercer Ojo, es el mayor centro nervioso en el cuerpo humano.
Según los antiguos sabios hindúes, el polvo de plomo rojo (sindhoor) y la pasta de sándalo tienen propiedades refrescantes y, por tanto, usar estas sustancias en la frente entre los ojos refresca el centro nervioso asociado con este punto, y en consecuencia la mente se calma y silencia.
Más que por sus propiedades refrescantes, las mujeres usan el bindi como un símbolo de sus votos de matrimonio. Se cuenta que en tiempos remotos, en la sociedad aria, el novio untaba su sangre en la frente de la novia como un reconocimiento de su matrimonio con ella. Un mito es que éste protege del mal de ojo a quien lo usa.
Hoy en día, el significado religioso ha sido prácticamente olvidado, se usa más como un adorno y es llevado por mujeres solteras así como no hindúes, en la India, Bangladesh y otros países del subcontinente indio.
El bindi forma parte de la moda hindú. Los hay en diversos colores y diseños que cuentan con adhesivos que facilitan su aplicación en la frente, entre los ojos. Ha tenido aceptación a escala mundial, e incluso celebridades internacionales como Shakira, Gwen Stefani, Madonna y Shania Twain han usado alguna vez un bindi.
En la actualidad el bindi es usado más como un accesorio de moda. Lo hay en diferentes formas y matices que van desde el más sencillo al muy decorativo. La gama de precios depende de la textura, el trabajo y el tamaño.

EL SAREE: UNA PRENDA HISTÓRICA


Un sari o saree es una tira larga de tela sin costuras, que va de 4 a 9 metros de largo y se enrolla sobre el cuerpo con diferentes estilos y usos. Los países en los que más se usa son la India, Nepal, Bangladesh, Pakistán, Sri Lanka, Bután, Birmania y Malasia. Prevalece principalmente en el subcontinente indio.  La palabra “sari” evolucionó desde la palabra enprakrit (derivada del sánskrito) “sattika”, mencionada en la temprana literatura jainí y budista.

El Mahābhārata (la gran narración de la guerra de los Bharatas) es la gran epopeya mitológica de la India. En la actualidad la mayoría de los hindúes creen que narra hechos reales sucedidos entre el 3.200 y el 3.100 A. C. Dentro de la categorización de textos hindúes, el Mahābhārata forma parte de los Itijasa, que es el nombre que reciben los textos sánscritos no directamente filosóficos, junto con los Puraná (‘historias antiguas’) y el Rāmāiana.

El Mahābhārata es una historia de reyes, sabios, dioses y demonios. La versión completa contiene más de 100.000 versos, siendo cuatro veces más extenso que la Biblia y ocho veces más largo que la Ilíada y la Odisea. Y les comento todo esto ya que haciendo la investigación sobre los orígenes del sari, me encontré con una linda historia derivada de el Mahābhārata.

El Sari

Cuando la bella Draupadi – esposa de  Pandavas – fue entregada al clan enemigo en un duelo de apuestas, Lord Krishna (un dios)  le prometió proteger su virtud. Los lujuriosos hombres, tratando de hacer efectivo su premio, tomaron una punta del delicado material que la envolvía de manera seductiva, continuaron halando y desenvolviendo pero nunca llegaron al final… La virtud triunfó en esta épica india de hace más de 5.000 años. Leyenda, fantasía, mito, historia o hecho, es la primera referencia histórica que se tiene sobre el sari.

Una historia popular cuenta…
“Se dice que el sari nació en el telar de un fantasioso tejedor. El soñó con una mujer. El destello de sus lágrimas. La rizada caída de sus cabellos. Los colores de sus diferentes humores. La suavidad de su toque. Todo esto lo tejió en conjunto y no pudo parar. Tejió por muchas yardas y cuando estuvo listo, la historia dice que se recostó y sonrió, sonrió y sonrió”

 
Debajo del sari se usa una blusa  o choli que normalmente es elaborado de la misma tela del sari y una especie de falda llamada peticoat el cual es la base para sostener los pliegues en su sitio.

El origen del sari se remonta a los comienzos de la civilización. Existe evidencia de una estatua recuperada de la civilización del Valle del Indo (2.800 – 1.800 AC) de una sacerdotisa usando una prenda enrollada como un sari. En esos tiempos era muy popular atar el sari de una manera que dividía las dos piernas y formaba una especie de pantalón. Esto se hacia con el propósito de cubrir las partes intimas al bailar en el templo para los dioses. Debido a creencias religiosas y razones sociales derivadas del hinduismo, no se usaban costuras en la vestimenta, por ende, en esa era, la parte superior del cuerpo se cubría parcialmente o se dejaba la desnudo, debido a que el uso de la aguja se consideraba impuro. Con la llegada de los musulmanes a la India, comenzó el uso del peticoat.
El sari desde hace un tiempo (no se sabe exactamente desde cuándo) hasta la actualidad se lleva con una falda debajo, que se llama lehenga y con una blusa que se llama choli. Los cholis normalmente son de manga corta y con el cuello redondo y bajo, aunque hoy en día hay cholis de todo tipo: de tirantes, con la espalda descubierta, de cuello alto… Algunos investigadores dicen que los cholis y el lehenga eran totalmente desconocidos hasta que llegaron los colonos británicos y que se introdujeron para satisfacer las ideas del pudor victoriano. Sin embargo, otros historiadores dicen que hay evidencias en los textos más que suficientes para demostrar que estas prendas ya existían en la cultura india.